sábado, diciembre 22, 2007

SI VUELVES TE CONTARÉ EL SECRETO

Dicen y cuentan los que escriben, que el recibir por primera vez tu libro publicado es una sensación similar a la de tener a tu hijo recién nacido entre los brazos. También cuentan otras
muchas sensaciones e historias. La mía, teniendo en cuenta que no soy madre, ha estado plagada de Swing, ni un ápice de melancolía. Una sensación bestial que diría aquel. Y un terminar el año, una que no es dada a muchas celebraciones por estas fechas, con una gran satisfacción personal.

Aprovecho para agradecer la sinopsis o “Aviso de Lectura” como a él le gusta definirlo, que ha hecho Constantino Bértolo, de la obra.

AVISO DE LECTURA

Hace años, muchos, tuve la oportunidad de conocer a don Américo Castro, ya saben, el autor, entre otros libros imprescindibles, de "Los españoles, cómo llegaron a serlo". Pues bueno, en determinado momento comentó: "Hay que cuidar el colodrillo. No dejarse empapar de ideas tontas, por ejemplo, la felicidad. Qué tontería es esa de que hemos venido a este mundo para ser felices. Hasta en la Constitución norteamericana se recoge el derecho a la felicidad. Qué disparate. Aquí hemos venido a hacer cosas, lo mejor posible. La idea de la felicidad es un veneno".

Muchos años después el editor, mientras leía esta novela, hubo de recordar al viejo maestro porque sin aspavientos ni grandes gestos dramáticos, a ritmo de pieza de jazz, esta novela viene a contarnos los peligros que acechan detrás del imprudente deseo de ser felices. La felicidad como un agujero negro que fatalmente nos atrae, nos atrapa, y hace daño. Unos personajes tristes y anodinos descubren una última oportunidad de alcanzar la felicidad soñada y, como moscas ansiosas, caen en la luminosa trampa. Para escapar, los que pueden escapar, tendrán que dejarse, con dolor, parte de su piel, de su tacto y de sus sueños. Una fábula escrita con aire de cuento de hadas y que como todos los cuentos de hadas esconde una historia de terror.

Cónstantino Bértolo
Director Literario
Editorial Caballo de Troya

La novela estará en las Librerías a partir del 18 de Enero, os avisaré de la fecha de la Presentación que se hará en Zaragoza, sobra decir, que me encantaría contar con vuestra presencia.

He realizado una página Web para la novela. Se trata de una página básica, donde iré incluyendo cualquier tema o noticia referente al libro. Donde también podéis dejar cualquier crítica sobre la obra, constructiva o destructiva (se agradecerán más las primeras). Y donde se puede disfrutar de la música que recorrió las vidas de los personajes y sus páginas. Artie Shaw, Billie Holliday, o Duke Ellington entre otros:
Si vuelves te contaré el secreto
www.sivuelves.com

jueves, diciembre 13, 2007

DUDAS...

Pedro tenía una espantosa facilidad para dudar. Ya sé que tampoco es que sea algo raro. Nos ocurre a todos, incluso muchas más veces de las que pensamos. El caso, es que él lo hacía por todo. Era el genuino rey de la duda.
Desde comprarse una camisa, hasta los calcetines básicos negros tipo ejecutivo para ir a trabajar, le producían una desazón interna y un debate constante. Ni siquiera en la tienda donde le hacían su uniforme a medida terminaba de estar conforme.
Siempre pedía el último en los restaurantes, para acabar pensando que el plato de sus compañeros de mesa era mejor elección, incluso estiraba sin disimulo el cuello, para comparar el suyo con los ajenos. Y era cierto, habitualmente tenían mejor pinta y emanaban aromas mucho más sugestivos.
De viaje se perdía inevitablemente. Nadie quería que él llevara el coche y menos el plano, sus vacilaciones ante un cruce de carreteras o una rotonda, le hacían llegar a dar vueltas en círculo tantas veces, que al final se encontraba sin remedio en el punto de partida. Una y otra vez.
Con las mujeres, parecía que la historia era distinta. No tenía problema en salir con una y con otra. Aunque claro, quizá aquí deberíamos aplicar el tópico de que son ellas las que eligen…
Tampoco le duraban mucho, era guapo, tenía un sueldo fijo, pero las listas le mandaban al carajo cansadas de tener que esperar hasta para elegir la fila del cine; y las tontas, eran tontas, porque se puede vivir lleno de dudas, pero Pedro a fin de cuentas era un tío listo.

No he vuelto a verlo desde hace mucho tiempo. La última vez me lo encontré en la avenida que da a la Plaza Mayor, caminaba con pasos firmes y resueltos. Me paré. Él no quería pararse, era claramente una interrupción inoportuna.
– Voy a hacerlo – me dijo, mirándome fijamente como el que suelta una gran frase.
– Eso está bien. ¿Pero qué es lo que vas a hacer? – le pregunté.
Siguió caminando sin contestarme, rápido, aunque me fijé como se alejaba comenzando a dar casi imperceptibles trompicones con sus pies. Le vi entrar en la cuadrada e inmensa Plaza Mayor llena de pequeños agujeros que derivan en otros millones calles. Se quedó en el centro quieto, mirando a uno y otro lado.
Me marché, no sé si porque no quería verle dar la vuelta sobre sí mismo, o porque deseaba de veras pensar que lo hiciera, fuera lo que fuera, y continuara decidido y sin dudar su camino.

domingo, diciembre 09, 2007

PESO CERO

Antonia Romero nació siendo escritora, como otros nacen siendo rubios o morenos aunque luego se tiñan, para intentar cambiar lo imposible. Ella no podría hacerlo aunque quisiera. Seguramente más de una vez ha querido dejar de escribir, porque Antonia escribe desde dentro, desde las tripas, o mejor dicho desde el alma y eso a la larga, debe cansar mucho y dejar totalmente extenuado. Es algo que se palpa en todas y cada una de las páginas de su novela Peso Cero.
No es la primera obra de Antonia, aunque sí la primera en publicarse de momento, hace ya unos meses por la Editorial Diálogo. Yo la leí hará unos tres años, en un formato mucho menos bonito: un archivo Word. Ayer terminé su lectura por segunda vez.

Peso Cero es una obra que trata como tema principal la anorexia. Con un trasfondo que va mucho más allá. Trata el tema con dureza, y aunque no soy dada a eso de las sinopsis, es más me tapo los oídos cuando me leen alguna, sí les diré que no crean que están ante una mera obra para adolescentes con problemas alimenticios. Es una obra que nos toca a todos, ya que la historia podría ser la de cualquiera de nosotros, o la de una familia más de las que te cruzas por la calle. Son miserias cotidianas, anodinas en cierto modo, que por eso mismo se transforman página a página en algo que te toca de lleno en algún punto y no puedes desvincularte de ellos. Unos personajes trabajados, cuidados y amados. Antonia les quiere, pero lo justo. Ni demasiado para no dejarlos marchar y que actúen por su cuenta, pero sí lo suficiente para que vivan a través de sus letras.

Su prosa es limpia, fácil de seguir y engancha. Tiene una sensibilidad que no le deja respirar a gusto hasta que la ha soltado del todo y eso abarca todas sus páginas.
Hay novelas de las que recuerdas algo con el tiempo, otras casi nada, algunas nada. Ésta obra te deja marcados los nombres de sus personajes y sus miserias y debilidades por mucho tiempo en tu cabeza. No los olvidas, no la olvidas.

Enhorabuena Antonia.