lunes, agosto 04, 2008

DIANA KRALL el Jazz sigue vivo

Diana Krall demostró la otra noche en el concierto que ofreció en la Expo que el Jazz sigue vivo. En el sentido literal de la palabra. El Jazz cuenta con un handicap y es que a pesar de que hay grandes músicos deleitándonos los oídos, ocurre lo mismo que les sucede a los adoradores del cine clásico con los galanes de antes, es inevitable escuchar la consabida frase de: “Ya no son lo que eran”.
Lady Day, Duke, Bill Evans, Dizzy Gillespie, Sarah Vaughan… Y tantos otros grandes de la música se marcharon, y no sólo se fueron, sino que dejaron una estela difícil de igualar.


El lugar para el concierto no podía ser menos adecuado y no sólo por la acústica. Soy poco dada a esa extraña manía de conceder conciertos gratuitos para según qué tipo de música o artistas. No es un querer pagar por pagar. Es más simple, es la consabida actitud del ser humano ante algo gratis, sea un grupo que acaba de comenzar sus primeras galas, o un artista de fama mundial como es el caso. Lo mismo me da. La gente habla, se acerca a ver qué dan, se levanta si se aburre, grita y en resumen molesta. Es una de esas situaciones en las que se demuestra que el hombre es desagradecido y absurdo por naturaleza.
El cierzo golpeaba las teclas del piano, fuegos artificiales interrumpieron hasta por cuatro veces las vertiginosas manos de Diana y mucho movimiento eran el telón de fondo. Pero ahí es dónde se demuestra el talento. Es un directo y no hay mando a distancia que valga, o ventana que cerrar. Y ella pudo con todo y más. Acompañada de tres maravillosos músicos que tuvieron sus diversos momentos de lucimiento y gloria con unos solos impresionantes, y un piano con el que yo he soñado desde antes de nacer, consiguió con una elegancia natural llenar de jazz toda la Expo.
Tiene una voz entre melódica y rota y una elegancia y naturalidad innata. Una bella manera de tocar las notas sincopadas mientras canta, que obligó al Señor Cierzo a desistir en su objetivo de hacer volar las partituras. Y que nos limitáramos a ver cómo el pelo de la Diana se movía como si fuera un efecto preparado, y seguir el vaivén al ritmo rápido de sus manos, o lento y exquisito en las piezas más melódicas.
Creó un ambiente de magia que no rompieron ni uno sólo de los petardos, (ni los unos, ni los otros).

Diana Krall, de alguna manera, no sé bien cómo, me gustaría darte las gracias por otorgarnos la tranquilidad, al menos en mí caso, de saber que no sólo puedo escuchar a una diva, a una voz negra pintada de rubia y tan blanca como el mármol en el salón de mi casa encerrada en un círculo negro de vinilo que no para de girar. Que el jazz sigue tan vivo como siempre.

12 comentarios:

Francisco Posse dijo...

El lugar tiene mucha importancia, yo la vi hace 5 o 6 años en un campo de fútbol y no tiene nada que ver con el espectáculo que ofreció hace poco en el Conde Duque ¡GENIAL! Imagino que también tuvo que ver el precio de las entradas, no creo que a ese precio fuese nadie a ver qué tal.En cuanto al ambiente, para el jazz mucho mejor Clamores.
Te dejo unas fotos del concierto de Madrid http://www.flickr.com/photos/pacoposse/sets/72157605930223319/
Saludos
P.D. La expo me decepcionó un poco :(

Unknown dijo...

Amiga, de momento mis vacaciones terminaron y estoy de vuelta. Sólo paso a retomar contacto, pero espero venir pronto y comentar despacio. Un beso con cariño,
V.

El Doctor dijo...

Me encanta.Claro que el jazz sigue vivo,al menos para los buenos amantes de la música.Una minoría,eso sí,pero siempre vivo.

Besos y un fuerte abrazo.

Raúl dijo...

Lástima, por lo que cuentas, del lugar en el que os obligaron a disfrutar (de aquella manera) de esa artista.

Max Estrella dijo...

hace unos pocos días estuve yo en San Sebastián en un concierto único del Jazzaldia...Bobby McFerrin(creo que se escribe asi)y el Orfeón Donostiarra.Un auténtico lujo,por el concierto,el escenario,la ciudad...el JAZZ tiene estas cosas..
besos

CONSCIENCIA dijo...

Viva el Jazz,es lo mejor. Cuidate

Mónica dijo...

Paco, pues sí, completamente de acuerdo contigo. Me pasaré a echar a un vistazo a esas fotos. Seguro que son mejor que las que saqué yo, para prueba, un botón...

Mónica dijo...

Poeta, yo me marcho ahora. Espero que la vuelta haya sido lo más llevadera posible y no sufras los habituales trastornos post-vacacionales.

Un abrazo

Mónica dijo...

Francisco y que siga, que sería de nosotros sin él.

Que pases unos buenos días, emigro a la costa que ya toca.

Un abrazp

Mónica dijo...

Raúl, en parte sí, pero como comentaba remontó los pequeños, grandes inconvenientes. Eso que los grandes hacen como nadie.

Un abrazo!

Mónica dijo...

Max, que nos tenemos abandonados el uno al otro (yo aún tengo más delito). A la vuelta de mis vacaciones puesta al día.

Besos

Mónica dijo...

Consciencia, creo que podría copiar el comentario anterior. No sé la de tiempo que te debo un correo, una visita tranquila y un anillo (no me olvido).

Te mando un beso enorme. Y qué viva el Jazz.