viernes, diciembre 30, 2011

Guardián de trastos

No padece el síndrome de Diógenes. Ni es coleccionista compulsivo con estanterías llenas de buhos de Mallorca o Recuerdo de Fátima. Elefantes con agujetas en la trompa de tenerla siempre hacia arriba y disparada a la puerta. Guarda cámaras que ya no tiran fotos. Éstas conviven en cajas en imperfecta armonía de tonos sepias, grises. Al fondo a la derecha: gracias, no está el baño. Están los armarios con la ropa. Vestidos que sabe llenaron caderas turgentes a lo Loren. Cuerpos escurridos en los 30. Curvas elegantes de los 50. Sombreros, estos sí dan suerte y no las loterías. Chisteras que se coloca para ver la televisión que no tiene.

Los tubos y botes vacíos son los protagonistas del Film. Están en todas partes como los ufos. Se deja las manos con uno dándole mil y cinco vueltas. Luego se cubre el pelo con la brillantina que ha sacado. Se echa colonia de un frasco verde musgo. Porque él sabe que es una Leyenda Urbana que por más que los aprietes o vuelques llega un momento en el que no sale nada.

No hay comentarios: