domingo, noviembre 19, 2006

Tres veces Julia


-- Cuando asomé la nariz y los ojos a este mundo por primera vez, en ese mismo momento, mi madre murió. Tenía los ojos grises y redondos como los tuyos. Mi hermana la sustituyó siempre. Un día un coche decidió correr más que ella por una calle. Las recuerdo mucho. Como recuerdo a la amiga que encharcó sus venas de miles de venenos por un mal amor. Todas se llamaban Julia.

Ella levantó sus ojos redondos de la taza de café, con mezcla de extrañeza, desasosiego e incredulidad.

-- Sé que te parecerá absurdo, pero sigo sin atreverme a preguntar tu nombre.

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