sábado, abril 07, 2007

Pájaros

Los pájaros le dan miedo. Como tantas otras especies de seres vivos y no vivos del mundo de los seres. Le dan miedo sólo en sitios cerrados. Realizan unos movimientos imprevisibles, rápidos, van volando en cualquier dirección. No puede controlarlos, ni siquiera con la mirada. Piensa que chocarán contra ella, por la espalda, en la cabeza, en la cara. Sobre todo le da terror pensar que choquen contra su cara. Que muevan compulsivamente las alas contra sus ojos, su nariz y algunas plumas incluso entren en su boca. Le da pánico. Y escalofríos de solo pensarlo.
Terapias cognitivas le dijeron. Enfrentarte a tus miedos de frente. -Tener que meter un pájaro entre mis cuatro paredes- pensó ella.

Se resistió. Primero compró la jaula. La colocó sobre la mesa para tenerla a la altura de la vista y observarla bien. El balancín sobre el que bailaría su eterno enemigo noche y día. El diminuto comedero para echarle el alpiste, el del agua. Y los barrotes finos. Demasiado finos. Comprobó uno por uno los hierros moldeados de la jaula. Perfectos. Imposibles de evitar.
Decidió probarla. Al poco tiempo sintió unas irrefrenables ansias de salir. No podía. No cabía entre los barrotes y no podía doblarlos. Tampoco el agua le calmaba la sed. Veía todo cada vez más distorsionado. En blanco y negro después. Los barrotes se aplastaban contra ella como el corsé de una octogenaria. Ni siquiera podía respirar sin emitir unos graznidos insoportables para ella misma. Cuando por azar, milagro o viento la puerta se abrió, salió disparada en todas las direcciones que encontró y algunas más. Estrellándose contra los muebles, las paredes y las ventanas, sin orden ni razón. Sin prever sus propios espasmos y movimientos. Aterrada, asfixiada, extenuada un tiempo después.

Los pájaros le dan miedo. Tiene pánico a que choquen contra su cara, su nariz y se le metan dentro de la boca algunas de sus plumas. Antes no lo sabía, pero ahora sabe que sólo le dan miedo en sitios cerrados.

21 comentarios:

Caminar sin gluten dijo...

El estar encerrado no es bueno para nadie y por supuesto tampoco para los animales y entre ellos las aves que vuelan libre... algo que los humanos siempre hemos querido hacer.

No tenemos que tener miedo a los pajaros... ni tampoco a la Libertad, aunque ahora por tu tierra el Ebro "corra libre".

Cada día nos gusta más entrar en tu blog.

Muchos besos.

Adrià dijo...

Honestamente se que algo me pierdo… lo estoy releyendo y se que algo me pierdo, tu descripción de la salida de la jaula es simplemente genial!...

Seguiré intentando!...

Unknown dijo...

Deliciosamente kafkiano, Mónica. Es el tipo de relato breve que me gusta... ¡Qué ganas de volar... al aire libre! Un beso,
V.

Anónimo dijo...

Que fuerte enfrentarte a tus propios miedos, yo me enfrente ah algo similar hace mucho tiempo pero, fue a un ser humano que me daño muchísimo, fue muy fuerte, creas una paranoia, fue tremendo, al final creo haberlo superado, aun hay restos de ese episodio de mi vida pero al ver tu crónica, fue como verme al espejo.

Saludos guapa.

Anónimo dijo...

Mónica, nos alegramos de haberte encontrado. Preciosa página con colores cálidos y apetecibles.Y precioso cuento. Ahora ya te tenemos localizada. No escaparás de nosotras.
Un beso,

Mónica dijo...

Ciao,

Ana y Víctor, a veces nos encerramos, pero eso sí por voluntad propia, algo muy diferente a un cautiverio. Es cierto, el hombre envidioso como ningún otro animal que se pasea por el mundo, ha envidiado la capacidad de volar desde el principio de los tiempos. Quizá porque le inspire más libertad de la que es capaz de conseguir por sí mismo.
Un abrazo,
El Ebro, madre mía, menos mal que ha salido ya el sol...

Adrià, no le des vueltas. Seguro que no te pierdes nada. Ten en cuenta que es un escrito mecánico, de esos que salen sin pensar tan apenas lo que estás haciendo. Una especie de ejercicio, para no volverme loca del todo, podría decirse (ardua tarea).
Un abrazo,

Quién pudiera poeta. Adoro al maestro Kafka, me hace dar tantas vueltas a la mente cuando lo leo que a veces consigue ponérmela en orden.
Besos,

Ixchel, mujer valiente. No es fácil enfrentarse a los miedos, es más fácil enmascararlos y maquillarlos si hace falta para mantenerlos al margen, que sólo nos asusten un poquito.
Es curioso, después de escribirlo, vi la fotografía de tu post y pensé que era más que perfecta para el texto (claro que no era plan de ponerse a robar lo ajeno).
Un beso,

Bienvenidas entrenomadas, un placer. Estáis en vuestra casa.Me encantó vuestro blog.
Un abrazo,

Alicia Rosell dijo...

Hola, amiga nocturna:
Compruebo con asombro que en esta ausencia mía has llenado tu blog de magníficos textos.(Tengo más trabajo)
Este texto del pájaro, corto e intenso, tiene varias lecturas.
Me explico: Ella tiene miedo de los pájaros. Luego descubre que a lo que tiene miedo es a los pájaros en espacios cerrados...

¿Será que ella se siente como un pájaro enjaulado y es claustrofóbica? Eso respondería al hecho de que al abrir la jaula el pájaro se chocara contra todo. ¿Un pájaro claustrofóbico? No, un ave que necesita libertad, como ella.

Mujer y pájaro luchando contra la claustrofobia, un cuento-paradoja o una alegoría contra la falta de libertad...

Felicidades por este texto, mira que me has hecho reflexionar... pero sólo es mi modesta visión. Nada más.
...
Volví, dejé algo para un día tan especial como hoy. Ya sabes dónde queda mi casa, amiga noctura.

Besotes. Feliz Domigo!
Puri.

Maria del Mar dijo...

Hola Mónica, veo que en estos días de relax se me ha acumulado el trabajo, poco a poco me pondré al día.
Este texto me ha gustado mucho, pues me siento muy indentificada con él, ya que yo estoy encerrada en mi propio cuerpo, un cuerpo cansado y dolorido en el cual tengo muchos miedos, miedos a los que me tengo que ir enfrentando día a día y minuto a minuto, sólo espero que tenga el valor de seguir haciendolo.

Besos

Jesús Arroyo dijo...

Precioso relato Mónica.

Comparto con Mar lo que dice. Estas dichosas enfermedades nos someten a encerrarnos en nuestro yo. A veces obligados y otas voluntariamente. En esas días abramos la puerta de esa jaula y dejemos volar nuestro pensamiento. Nuestro cuerpo, en algunas ocasiones, no podrá pero nuestra mente es tan libre como las gaviotas de nuestras costas.

Mónica dijo...

Puri, me alegro de verte de nuevo. Me gustaron tus lecturas del texto. Yo como primera lectora, me quedo con una mezcla de ambas. Puede que ella los temiera porque no los entendiera, a veces no hay como ponerse en la piel de nuestros propios miedos, para comprender que si no les miramos de frente, cada vez son mas grandes, nos atrapan sin remedio.
Un abrazo,

Seguro que lo tienes y lo tendras Mar. Y si no, ya sabes silba que iremos rapidos para abrirte la puerta y que salgas disparada.
Un beso,

Y eso es lo que cuenta Chechu, que no falte la imaginacion. La de viajes que he hecho yo gracias a ella. Es la mejor, cuando no se puede, o se es pobre y no se tiene ni para ir a la esquina.
Un abrazo
Perdonaran la falta de tildes, pero tengo teclado extranjero y me vuelvo loca! Los virus que me han infectado el mio.
Quien dijo que solo eran una leyenda urbana...

Besos

Anónimo dijo...

Moni, no dejes de darme primicia en tu proyecto.

Besos y un saludo.

Mónica dijo...

Puedes estar segura Ixchel! es más creo que antes de que te cuente nada, oirás el alarido, grito o reparto de copas para celebrar... (como podrán comprobar ya aprendí a poner el teclado en español)
Besos

Eduardo Z. dijo...

Hola que tal, un gusto encontrarte de nuevo...

Por una parte la descripción del miedo, siempre constante, no sé si el miedo o el que hablemos sobre él. Por la otra, el enfrentamiento, en este punto si tengo reservas... lo cierto es que las terapias cognoscitivas, no, no me agradan. En fin... las aves, hermosas... y aterradoras

Saludos y, hasta pronto!

Fernando dijo...

unque no tenga nada que ver con tu relato estos días en la playa por las mañanas de 5 y 1/2 en adelante en mi jardín se posaba un ruiseñor ¿? y empezaba a cantar su melodía...me despertaba y me dejaba con el corazón encogido...era como oír respirar a la naturaleza al lado tuyo...un beso amiga.

CONSCIENCIA dijo...

Enfrentar tus miedos o confrontarlos es lo mas grandioso que hay. El darte cuenta de algo, tener la certeza de....conocer , saber. Me encanto su relato. Cuidese.

Mónica dijo...

Baptista, también es un gusto verte de nuevo por aquí. Me quedo con tu frase, las aves hermosas y aterradoras.
Un abrazo,

Fernando ¿Existen? Yo pensaba que eran fruto de la imaginación de escritores y demás personajes de ficción. Me alegro de saber que no es así. Precioso encuentro al alba.
Besos,

Gracias consciencia. El problema es que no siempre es fácil, pero se intenta. Se me cuide mucho usted también.
Besos!

Sara dijo...

Me he sentido muy identificada. Desde que puedo recordar tengo fobia a los pájaros, dentro y fuera de casa. Pánico, tanto que creo que si me rozaran algún día mi corazón no podría resistirlo y se pararía. Una vez me persuadieron para hacer una terapia, no tan agresiva como esa, pero me afectó tanto que pasé una época más obsesionada y mi fobia se reforzó.

Sé que siempre les tendré miedo, porque mi terror es tan grande que ni siquiera quiero vencerlo. Nunca podré acercarme a un pájaro y lo tengo asumido.

Saludos

Max Estrella dijo...

De hecho,Mónica,creo que los miedos son seres con plumas...con sus graznidos y pequeños ojos escrutadores mirando en casi todas direcciones...
En cuanto a la salida de la jaula...es de lo más humana...como niños al patio o yo mismo cada viernes...la libertad son tronpicones...
besos

Miguel Sanfeliu dijo...

Inquietud, misterio y fascinación.
Yo también recuerdo como algo muy desasosegante el vuelo desesperado de un pájaro en una habitación, chocando contra todo en su afán por encontrar el aire libre. Es una imagen muy poderosa.
un abrazo.

Anónimo dijo...

Me encantó. Me recordó al veterinario de mi barrio, que es fóbico a las aves. Tendrías que haber visto la cara que puso cuando le llevé a mi pájaro enfermo...

Mónica dijo...

Sara, ya somos dos. De pequeña lloraba como una loca, hasta que se dieron cuenta de que era cada vez que una mosca volaba por la habitación. Todo animal o bicho en movimiento en espacio cerrado, me pone histérica. Imagina el día en verano que se me coló un murcielago...
Un abrazo,

Max, así que llegamos al viernes estresado eh? Ya te veo en plan Toni Manero, dispuesto a exprimir el fin de semana. Un beso,

Miguel, es verdad, inspira desasosiego, es angustioso.
Un abrazo,

Gatablanca, huy, pobre, no me extraña. Pues por aquí, cuando lo traigas, me vas avisando, para prepararme psicologicamente y esas cosas.
Un saludo