martes, diciembre 30, 2008

SALUD

Tengo desde hace unos años un trébol de cuatro hojas. No estoy segura que tenga cuatro, o se trate de una mera falsificación. Está atrapado en un plástico protector, como el que se utiliza para hacer el DNI. Se ha montado una especie de biosfera particular ahí dentro con una burbuja de aire diminuta que lo conserva en perfecto estado de salud y arrugas. Para él no pasa el tiempo. Lo tengo ahora mismo enfrente. Con una leyenda escrita a mano de manera delicada. Siempre que se vuelca lo coloco, lo pongo firme.
No creo en la suerte, o sí. No creo en la casualidad, o igual sí. Será porque no soy creyente. A veces en temporadas en las uno camina durante demasiado tiempo por las heladoras calles del infierno, se deja de creer en tanto, que ese tanto se transforma en todo. Creo que por eso no lo tiré a la basura hace años. Entonces. Puede que cuando me lo regalaron en aquel puesto lo necesitara. Como se necesitan tantas parafernalias que te ayudan a agarrarte a la acera y dejar de sentir un constante vértigo.

Han llovido muchas tardes en lugares grises, con vestidos grises, y lluvias que se alternaban con soles, como es obvio de diversos tonos dentro de la gama de este ya único color. He soñado y vivido miles de experiencias oníricas, sueños lúcidos, que no son ni mejores ni peores que los de antaño, sólo diferentes.

Miro las fotografías y observo que todo aparece más o menos igual. El tiempo no siempre pasa rápido, a veces pasa despacio y deprisa a la vez. Creo que eso es lo que provoca que nos acabemos perdiendo sin remedio. Sentir una alarma constante, una paura, miedo a que todo se avecine, se derrumbe como el lodo en la riada, de golpe, o por el contrario que nada termine por suceder.

Sigo sin saber casi nada, comprendiendo menos. Intentándolo, pero sin éxito. Y sin resignarme. A nada. Por más cierzo que quiera soplar. Por más que el viento circular intente llevarse siempre, como desde el día que nos presentaron, por todos los frentes lo que sea, a él le da lo mismo.
Días, meses, semanas de acontecimientos que se grabarán para siempre en mi memoria, que no van acompañados ni de tartas nupciales, ni de grandes celebraciones, ni de cipreses. Pero que me acercaron a gente que ya adoré desde tiempos y con la compartí vino y alegrías. Otros nuevos acompañantes en el camino que compartieron lo bueno, lo vivido, lo que sucedía. No ha habido grandes fiestas, o sí. Esto viene a ser como lo de la casualidad y la suerte, como todo es relativo.

Un año de música que se quedó sonando dentro y aunque la orquesta esté cansada y el pianista se quede sin cigarrillos, no paran de tocar. Un año de grandes satisfacciones que conllevaron también grandes pensamientos y brindis solitarios en más de una ocasión. Un año de Jazz para él, para
l'ombelico della mia anima.
Qué siga la música, qué sigan los tréboles de cuatro hojas aunque sean falsos.



¡Salud!

13 comentarios:

Fernando dijo...

feliz año nuevo....un beso guapa.

Administrador dijo...

feliz 2009, que todo te sea propicio, un fuerte abrazo, Patro.

María Paz Díaz dijo...

Sí existe la suerte, revolotea a nuestro alrededor, como la música, sólo hay que saber escucharla.

Me alegro de volver por aqui y leerte, qué agradable me resulta :)

Salud y alegría para este 2009!!

besos

desasosiego silente dijo...

"como si por empezar el año no existiera nada que ya conocí... "

otro día te cuento lo de mis problemas con todo aquello que supuestamente da buena suerte

Anónimo dijo...

Entonces salud, pero para hacerlo hay que beber un poco: a veces el trago no es bueno, no es el que uno quisiera. Pero lo importa, al final lo importante es aquel que dices ¡Salud!

Un abrazo,

CONSCIENCIA dijo...

Cuan cierto cada vez se entiende menos, pero mujer que mas da.....SALUD! y a vivir la vida con toda la pasion y el entusiasmo que recorre tus venas.

Adrià dijo...

Bue…
Jazzy 2008 gracias por el trabajo.

Ahora si eso vamos a ver que tal quema este 09.

Hummm mejor me callo lo del trébol, este tema de los placebos.

Juas!

No me lo tengas en cuenta!

Por cierto la deserción de Salem tiene una explicación, n fue culpa de nadie, dice Violeta que si quieres presentar en MAD que lo apañaremos como sea!

Hace?

Tengo ese libro sin firmar!


Cuídate y oye…el little wing de hendryx tampoco esta tan mal! Juas juas juas!

39escalones dijo...

Supongo que todos necesitamos creer en la cuarta hoja del trébol.
Feliz año, Mónica.

Anónimo dijo...

Me he permitido la libertad de poner un enlace a su página desde mi blog, para seguir sus textos que me parecen muy interesantes. Una sevillana en Zaragoza... humilde porque se considera desconocida habiendo publicado dos libros... es la segunda vez que vengo y no me ha contado su secreto...

JALOZA dijo...

Se me acumula el trabajo.Últimamente estoy encontrando tanta gente interesante que voy a tener que pedir una excedencia en el trabajo para dedicarme a seguir vuestras andanzas.

Si me permites, te adoptaré como prima, segunda si es necesario. Berbi se encontró con Angélica y yo contigo en un centro de investigación agraria, que no sé si es muy literario pero sí extravagante...

Un saludo atrebolado y jazzístico.

Anónimo dijo...

Yo tengo un trébol de 4 hojas, que encontrè yo misma; màs allà de si es una simple deformaciòn o no; me encnata tenerlo :) Saludos!

Francisco Sianes dijo...

El año nuevo sigue esperando que lo estrenes...

Mónica dijo...

Gracias a todos por vuestros comentarios. Como la vida es una paradoja de lo más absurda, he comenzado el año con todo menos con buena salud... Ya estamos de vuelta.

Un abrazo a los de siempre, otro para los nuevos visitantes, estáis en vuestra casa.

Mónica