domingo, abril 29, 2007

Une Saison en enfer

UNE SAISON EN ENFER
Jadis, si je me souviens bien, ma vie était un festin où s'ouvraient tous les cœurs, où tous les vins coulaient.
Un soir, j'ai assis la Beauté sur mes genoux. -Et je l'ai trouvée amère. -Et je l'ai injuriée.
Je me suis armé contre la justice.
Je me suis enfui. Ô sorcières, ô misère, ô haine, c'est à vous que mon trésor a été confié !
Je parvins à faire s'évanouir dans mon esprit toute l'espérance humaine. Sur toute joie pour l'étrangler j'ai fait le bond sourd de la bête féroce.
J'ai appelé les bourreaux pour, en périssant, mordre la crosse de leurs fusils. J'ai appelé les fléaux, pour m'étouffer avec le sable, le sang. Le malheur a été mon dieu. Je me suis allongé dans la boue. Je me suis séché à l'air du crime. Et j'ai joué de bons tours à la folie.
Et le printemps m'a apporté l'affreux rire de l'idiot.
Or, tout dernièrement, m'étant trouvé sur le point de faire le dernier couac, j'ai songé à rechercher la clef du festin ancien, où je reprendrais peut-être appétit.
La charité est cette clef. - Cette inspiration prouve que j'ai rêvé !
« Tu resteras hyène, etc... », se récrie le démon qui me couronna de si aimables pavots. «Gagne la mort avec tous tes appétits, et ton égoïsme et tous les péchés capitaux. »
Ah ! j'en ai trop pris : -Mais, cher Satan, je vous en conjure, une prunelle moins irritée! et en attendant les quelques petites lâchetés en retard, vous qui aimez dans l'écrivain l'absence des facultés descriptives ou instructives, je vous détache ces quelques hideux feuillets de mon carnet de damné.

Una temporada en el infierno
Antaño, si no recuerdo mal, mi vida era un festín en el que todos los corazones se abrían, en el que vinos de todas clases fluían sin cesar.
Una noche, senté a la Belleza en mis rodillas. -Y la encontré amarga. -Y la injurié.
Me armé contra la justicia.
Y huí. ¡Oh brujas, oh miseria, oh saña: sólo a vosotras os fue confiado mi tesoro!
Conseguí disipar en mi espíritu todo resto de humana esperanza. Sobre toda alegría, para estrangularla, realicé el salto sigiloso de la fiera.
Llamé a los verdugos para morir mordiendo la culata de sus fusiles. Llamé a las plagas para así poder ahogarme en la arena, la sangre. La desdicha fue mi dios. Me revolqué en el fango. El aire del crimen me secó. Se la jugué a la locura.
Y la primavera me dio la risa horrenda del idiota.
Pero, recientemente, cuando ya estaba a punto de estirar la pata, decidí buscar la llave que me abriera las puertas del antiguo festín, en el que, quizás, recobraría el apetito.
La caridad es esa llave. -¡Esta inspirada afirmación demuestra que he estado soñando!
"Siempre serás una hiena, etc...", exclama el demonio que me coronó con tan amables adormideras. "Bien, gánate a pulso la muerte con todos tus apetitos, y tu egoísmo y todos los pecados capitales."
¡Bueno! Ya he tenido bastante: -Pero , querido Satanás, se lo ruego, ¡no se irrite tanto! A la espera de esas pequeñas bajezas que no acaban de llegar, arranco, para usted que ama en el escritor la ausencia de facultades descriptivas o instructivas, unas cuantas hojas repelentes de mi libreta de condenado.
Arthur Rimbaud
Para mi amigo Oscarillo, escritor, aunque a veces lo olvide...

8 comentarios:

Fernando dijo...

Estoy aquí...un beso.

Gerardo Omaña Márquez dijo...

Bellas letras que sobrecogen el espiritu:


"Ando regando flores por todo el camino real"

Las calles están solas, todas las puertas cerradas y el viento sopla fuerte silbando en los cristales. Parece que no hay nadie, la noche llega y en la tarde casi oscura, mis pasos se apresuran buscando algún refugio en tantas soledades.
No hay luces en las casas, no hay luces en la calle, no hay ruidos, no hay llantos, la ciudad quedó oscura y callada.
El viento cesó y comenzó el silencio, un silencio plano y afónico como en el mundo de los muertos.
Es tarde, estoy cansado, y sin embargo el sueño no llega. Estoy en una plaza con plantas y con flores, sin viento sin ruidos, sin olores.
El cielo oscuro no deja ver estrellas y siento que mi alma se ha quedado sola;
Por que! por que te fuiste sin decirme nada? sin dejar que te viese, sin verme en tu mirada?
Sin ti no puedo proseguir todo se nubla y todo es nada. No brillan las estrellas, no hay fuentes ni riachuelos, ni voces en el puente, ni luces en las casas, ni flores con olores.
Todo está opaco, siniestro , sumergido; Y como tu no estás, yo seguiré viviendo en este olvido.
Besos para tu alma.

Adrià dijo...

Pues parece que rimbaud en su texto se lo pondrá difícil al viejo del infierno...
Bueno, lo bonito de tu blog es que hasta cuando no escribes tú uno no se va con las manos vacías.

Hasta pronto!

Mónica dijo...

Fernando, bienvenido al mundo virtual... Me alegro mucho de verte de nuevo por estos lares.
Un abrazo,

Gerardo, muchas gracias por la visita y por tus letras.
Un saludo,

Adrià, te aseguro que Rimbaud no se lo puse demasiado fácil a nadie, sobre todo a sí mismo. Es de esos autores que no sólo me atrapan, sino que me sorprenden cada vez que los leo más si cabe.
Besos

Anónimo dijo...

El mejor. Después tú.
Gracias.

Oscar Grillo dijo...

Quizas debieras leer la traduccion de Oliverio Girondo y Enrique Molina (Fabril Editora, Buenos Aires, 1959)

Edgar dijo...

Buenísimo Rimbaud.
La traducción es tuya?
Estoy tratando de encontrar el original completo en internet.

Saludos!

Unknown dijo...

Preciosa Traducción...
Realmente impresinante la forma en que reescribiste al castellano aquel poema de Rimbaud...
Escrito en Londres? Donde paso un tiempo con Verlaine si no me equivoco...
Citando tales nombres... Qué más se puede decir?